Tu cuerpo no es un error.
No es una deuda.
No es un proyecto pendiente.
Es tu casa, tu historia, tu fuerza.
Es el lugar que te ha sostenido cuando todo parecía derrumbarse.
Es la piel que ha sentido, resistido, amado y sanado.
Nos han enseñado a odiarlo:
Por no encajar.
Por ocupar espacio.
Por cambiar.
Por marcarse.
Por no parecerse a lo que el mundo exige.
Pero no nacimos para encajar.
Nacimos para existir libres.

No tienes que ganarte el derecho a amar tu cuerpo. Ya es tuyo. Y ya vale.
Diverso. Hermoso. Suficiente. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos sus comentarios